DOCUMENTOS


NOTA A LOS PARROCOS

PROTOCOLO: 001/12

San Miguel de Tucumán 9 de Julio de 2012


A los Señores Párrocos
de la Arquidiócesis de Tucumán

Nos dirigimos a Ud. con el fin de presentarle la Pastoral de Turismo de la Arquidiócesis de Tucumán recientemente creada por el Arzobispo Monseñor Alfredo Zecca.

Bajo el lema “ Jesús se hace Peregrino, con los que Peregrinamos hacia la Casa del Padre”, queremos ofrecerle un Servicio al que denominamos “MÓVIL EUCARÍSTICO DEL BICENTENARIO”, un instrumento de Evangelización preparatorio para el Congreso Eucarístico Nacional del Bicentenario, cuya sede será Tucuman, Cuna de la Nación Argentina.

Este servicio consiste en ofrecerles visitar a su Parroquia un Sábado y Domingo a su elección comprometiéndonos en la Celebración de la Santa Misa con Posterior Adoración Eucarística, con una duración de aproximadamente dos horas. Le sugerimos que sea en la Misa más concurrida en su horario habitual.

Desde nuestra pagina web tienen a su disposición las peregrinaciones planificadas:
peregrinacionesarztucuman.blogspot.com
Verán allí Peregrinaciones Religiosas en diferentes lugares y en distintos momentos del año.

Por consultas y confirmación de visitas del móvil puede comunicarse vía e-mail con nuestra sección de Comunicación Institucional:
peregrinacionesarqtuc@gmail.com



Comisión Arquidiocesana de Peregrinaciones
Pastoral de Turismo Arquidiócesis de Tucumán



Padre Miguel Elías Alderete Garrido
Delegado Arquidiocesano
Pastoral de Turismo de Tucumán


FORMULARIO DE PEDIDO DE VISITA
PARA BRINDAR NUESTRO SERVICIO 
DE EVANGELIZACION EN SU PARROQUIA



LUGAR

FECHA


EL PÁRROCO O SACERDOTE A CARGO DE LA PARROQUIA:


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DIRECCIÓN:----------------------------------------------------------------------

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TELÉFONO:

MAIL:


INVITA A “PEREGRINACIONES ARQUIDIOCESANAS DE TUCUMAN”
PARA SU SERVICIO DE EVANGELIZACIÓN LOS SIGUIENTES DÍAS:


----------------------------------------EN EL HORARIO DE---------------------


----------------------------------------EN EL HORARIO DE---------------------


----------------------------------------EN EL HORARIO DE---------------------







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                 FIRMA                                                SELLO



EVIA ESTE FORMULARIO CON FIRMA Y SELLO ESCANEADO POR MAIL A:



 




Card. Vegliò: 
“El turismo debe ser un derecho para todos”

Cancún (México) , 24 Abr. 12 (AICA)



Mons. Antonio María Vegliò
“El turismo no es sólo una oportunidad sino también ha de ser un derecho para todos, que no puede ser restringido a unas determinadas franjas sociales ni a unas zonas geográficas concretas”. Son las palabras del cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, en el discurso inaugural del VII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo, que tiene lugar en Cancún, México, del 23 al 27 de abril, sobre el tema “El turismo que marca la diferencia”.

     “Deben promoverse –resaltó el cardenal Vegliò-, las condiciones que favorezcan la existencia de un turismo social, al que todos tengan acceso, y de modo especial las familias, los jóvenes, los estudiantes, las personas mayores y las que padecen minusvalías”.

     El purpurado recordó que el “Papa Pío XII fue el primer pontífice que de modo sistemático abordó la pastoral del turismo”, y “desde ese momento, la atención pastoral de la Iglesia experimentó un continuo crecimiento en sus iniciativas, al tiempo que amplió los ámbitos de su acción”

     La Organización Mundial del Turismo registró 980 millones de llegadas turísticas internacionales en el año 2011, una cifra que alcanzará el hito de mil millones este año.

     Con esta tasa de crecimiento, las llegadas de turistas internacionales serán de dos millones en 2030. Además hay que añadir los números aún más altos que conforman el turismo a nivel local, recordó el cardenal Vegliò, describiendo “esta importante realidad humana”.

     Entre los aspectos positivos del turismo, el presidente del Dicasterio pontificio subrayó que “es una ocasión para la restauración física y espiritual; camino para el recíproco conocimiento de personas, pueblos y culturas; instrumento de desarrollo económico y de lucha contra la pobreza; promotor de paz, de tolerancia, de fraternidad y de diálogo entre civilizaciones; oportunidad de encuentro con la naturaleza; factor de auto-educación y ocasión de crecimiento humano; y ámbito de contemplación y de crecimiento espiritual”.

     “Sin embargo –advirtió- no está exento de riesgos ni de rasgos negativos, ya que el turismo “puede promover peligrosos cambios urbanísticos y medioambientales, el deterioro del patrimonio cultural, la merma de valores y, lo que es mucho peor, un menoscabo de la dignidad humana”.+




 
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes

Mensaje con ocasión de la Jornada Mundial del Turismo 2012
(27 de septiembre)

“Turismo y sostenibilidad energética: propulsores del desarrollo sostenible”


El 27 de septiembre se celebra la Jornada Mundial del Turismo, promovida anualmente por la Organización Mundial del Turismo (OMT). La Santa Sede se ha adherido a esta iniciativa desde su primera edición, valorándola como una oportunidad para dialogar con el mundo civil, ofreciendo su aportación concreta, basada en el Evangelio, y considerándola también como una ocasión para sensibilizar a toda la Iglesia sobre la importancia que este sector tiene a nivel económico, social y, singularmente, en el contexto de la nueva evangelización.
Este mensaje se publica cuando aún resuenan los ecos del VII Congreso mundial de pastoral del turismo, celebrado el pasado mes de abril en Cancún (México), a iniciativa del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes en colaboración con la Prelatura de Cancún-Chetumal y la Conferencia del Episcopado Mexicano. Los trabajos y conclusiones de dicho encuentro están llamados a iluminar nuestra acción pastoral en los próximos años.
También en esta edición de la Jornada mundial asumimos como propio el tema que la OMT propone, “Turismo y sostenibilidad energética: propulsores del desarrollo sostenible”, y que está en consonancia con el presente “Año internacional de la energía sostenible para todos”, promulgado por las Naciones Unidas con el objetivo de poner de relieve “la necesidad de mejorar el acceso a recursos y servicios energéticos para el desarrollo sostenible que sean fiables, de costo razonable, económicamente viables, socialmente aceptables y ecológicamente racionales”.[1]
El turismo ha crecido a un ritmo importante en las últimas décadas. Según las estimaciones de la Organización Mundial del Turismo, se prevé que durante el presente año se alcance el hito de los mil millones de llegadas de turistas internacionales, que ascenderán a dos mil millones en el año 2030. A éstos hay que añadir los números aún más elevados que supone el turismo local. Este crecimiento, que tiene ciertamente unos efectos positivos, puede suponer un serio impacto medioambiental, debido entre otros factores al consumo desmesurado de recursos energéticos, al aumento de agentes contaminantes y a la generación de residuos.
El turismo tiene un papel importante en la consecución de los Objetivos de desarrollo del Milenio, entre los que se encuentra el “garantizar la sostenibilidad del medio ambiente” (objetivo 7), y debe hacer todo cuanto esté en su mano para que éstos sean alcanzables.[2] Por ello, debe adaptarse a las condiciones del cambio climático, reduciendo su emisión de gases de efecto invernadero, que en el presente supone un 5% del total. Pero el turismo no sólo contribuye al calentamiento global, sino que también es víctima del mismo.
El concepto de “desarrollo sostenible” está ya arraigado en nuestra sociedad, y el sector del turismo no puede ni debe quedarse al margen. Cuando hablamos de “turismo sostenible” no nos estamos refiriendo a una modalidad más entre otras, como podría ser el turismo cultural, el de playa o el de aventuras. Toda forma y expresión del turismo ha de llegar a ser necesariamente sostenible, y no puede ser de otro modo.
Y en ese camino, se han de tener debidamente en cuenta los problemas energéticos. Es un presupuesto errado el pensar que “existe una cantidad ilimitada de energía y de recursos utilizables, que su regeneración inmediata es posible y que los efectos negativos de las manipulaciones de la naturaleza pueden ser fácilmente absorbidos”.[3]
Es cierto, tal como indica el Secretario General de la OMT, que “el turismo está a la vanguardia de algunas de las iniciativas sobre sostenibilidad energética más innovadoras del mundo”.[4] Pero también estamos convencidos que todavía queda mucha tarea que desarrollar.
También en este ámbito el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes quiere ofrecer su aportación, desde la convicción de que “la Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer valer en público”.[5] No nos corresponde proponer soluciones técnicas concretas, pero sí hacer ver que el desarrollo no puede reducirse a simples parámetros técnicos, políticos o económicos. Deseamos acompañar este desarrollo con unas adecuadas orientaciones éticas, que subrayen el hecho de que todo crecimiento debe estar siempre al servicio del ser humano y del bien común. De hecho, en el Mensaje que dirigió al mencionado Congreso de Cancún, el Santo Padre subrayaba la importancia de “iluminar este fenómeno con la doctrina social de la Iglesia, promoviendo una cultura del turismo ético y responsable, de modo que llegue a ser respetuoso con la dignidad de las personas y de los pueblos, accesible a todos, justo, sostenible y ecológico”.[6]
No podemos separar el tema de la ecología ambiental de la preocupación por una ecología humana adecuada, entendida como el interés por el desarrollo integral del ser humano. Así mismo, no podemos desligar nuestra visión del hombre y de la naturaleza del vínculo que les une con su Creador. Dios ha encomendado al ser humano la buena gestión de la creación.
Es importante, en primer lugar, un gran esfuerzo educativo con el fin de promover “un cambio efectivo de mentalidad que nos lleve a adoptar nuevos estilos de vida”.[7] Esta conversión de la mente y del corazón “debe permitir llegar rápidamente a un arte de vivir juntos que respete la alianza entre el hombre y la naturaleza”.[8]
Es justo reconocer que nuestros usos diarios están cambiando, y que existe una mayor sensibilidad ecológica. Pero también es cierto que con facilidad se corre el peligro de olvidar estos planteamientos durante el periodo vacacional, buscando ciertas comodidades a las que consideramos que tenemos derecho, sin reflexionar siempre sobre sus consecuencias.
Es necesario cultivar la ética de la responsabilidad y de la prudencia, preguntándonos por el impacto y las consecuencias de nuestras acciones. Al respecto, el Santo Padre afirma que “el modo en que el hombre trata el ambiente influye en la manera en que se trata a sí mismo, y viceversa. Esto exige que la sociedad actual revise seriamente su estilo de vida que, en muchas partes del mundo, tiende al hedonismo y al consumismo, despreocupándose de los daños que de ello se derivan”.[9] En este punto, será importante animar tanto a los empresarios como a los turistas a que tengan en cuenta las repercusiones de sus decisiones y actitudes. Así mismo, es crucial “favorecer comportamientos caracterizados por la sobriedad, disminuyendo el propio consumo de energía y mejorando las condiciones de su uso”.[10]
Estas ideas de fondo deben traducirse necesariamente en acciones concretas. Por ello, y con el objetivo de alcanzar destinos turísticos sostenibles, deben promoverse y apoyarse todas las iniciativas que sean energéticamente eficientes y con el menor impacto ambiental posible, conducentes a usar energías renovables, promover el ahorro de recursos y evitar la contaminación. Al respecto, es fundamental que tanto las estructuras turísticas eclesiales como las propuestas vacacionales que la Iglesia promueve destaquen, entre otras cosas, por ser respetuosas con el medio ambiente.
Todos los sectores implicados (empresas, comunidades locales, gobiernos y turistas) han de ser conscientes de la responsabilidad que les corresponde en vistas a alcanzar formas sostenibles de turismo. Es necesaria la colaboración entre todas las partes interesadas.
La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda que “la tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber, común y universal, de respetar un bien colectivo”.[11] Un bien, del cual, el ser humano no es dueño sino “administrador” (cf. Gn 1, 28), al que Dios se lo ha confiado para que lo gestione adecuadamente.
El Papa Benedicto XVI afirma que “la nueva evangelización, a la que todos estamos convocados, nos exige tener presente y aprovechar las numerosas ocasiones que el fenómeno del turismo nos ofrece para presentar a Cristo como respuesta suprema a los interrogantes del hombre de hoy”.[12] Invitamos, pues, a todos a promover y disfrutar el turismo de un modo respetuoso y responsable, de modo que le permitamos desarrollar todas sus potencialidades, con la certeza de que la contemplación de la belleza de la naturaleza y de los pueblos puede llevarnos al encuentro con Dios.
Ciudad del Vaticano, 16 de julio de 2012

Antonio Maria Card. Vegliò
Presidente

X Joseph Kalathiparambil
                                    Secretario



[1] Organización de las Naciones Unidas, Resolución A/RES/65/151 aprobada por la Asamblea General, 20 diciembre 2010.
[2] Cf. Organización Mundial del Turismo, Tourism and the Millennium Development Goals: sustainable - competitive - responsible, 2010, 34.
[3] Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2 abril 2004, 462.
[4] Taleb Rifai, Secretario General de la OMT, Mensaje del Día Mundial del Turismo 2012.
[5] Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 29 junio 2009, 51.
[6] Benedicto XVI, Mensaje con ocasión del VII Congreso mundial de pastoral del turismo, Cancún (México), 23-27 abril 2012.
[7] Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 29 junio 2009, 51.
[8] Benedicto XVI, Discurso a seis nuevos embajadores ante la Santa Sede, 9 junio 2011.
[9] Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate, 29 junio 2009, 51.
[10] Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2010, 9.
[11] Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 2 abril 2004, 466.
[12] Benedicto XVI, Mensaje con ocasión del VII Congreso mundial de pastoral del turismo, Cancún (México), 23-27 abril 2012.